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Unicaja Salud y Rendimiento


9 de abril de 2019

Quiero que defiendas como Alberto Díaz

Una cosa está clara si hablamos de educación, deporte, música o cualquier otro aspecto de las vidas de nuestros hijos e hijas: todos queremos lo mejor para ellos. Intentamos que sean buenos en cualquier aspecto de sus vidas. Igual ocurre cuando nos ponemos en el papel de entrenador o de cualquier miembro del staff que cuida de ell@s (Preparadores Físicos, Fisios, Médicos, Psicólogos). Nos empeñamos en que cada día pasen o tiren mejor, hagan el crossover correctamente o salten al rebote habiendo bloqueado bien. Si me apuras, queremos que defiendan como Alberto Díaz o tengan el tiro de Adam Wazcynski.

Y eso está muy bien. Para eso estamos en un club de élite, referente en España y Europa del trabajo de cantera. Y debemos continuar por ese camino; pero no sin olvidar algunos aspectos básicos para el desarrollo y la Salud de las niñas y niños:

 

1. En su gran mayoría se encuentran en pleno pico de crecimiento (12-16 años) con lo que su centro de gravedad varía bruscamente, y por tanto hay un importante potencial deficit de control motor.

 

2. Las habilidades técnicas mencionadas anteriormente no se consiguen sin disponer de otras básicas como pueden ser girar, agacharse correctamente, saltar y aterrizar de manera adecuada y estable, por poner algunos ejemplos.

 

3. Tener buena movilidad articular para garantizar un Patrón de Movimiento adecuado.

 

4. Tener articulaciones estables que permitan que ese movimiento pueda ser potente,

veloz y ágil.

 

Los Patrones Fundamentales de Movimiento (PFM), es decir la movilidad, estabilidad y coordinación son la madre del cordero.

 

La calidad del movimiento debe anteponerse a la cantidad.

 

Identificar un PFM anormal debe ser nuestra prioridad. Valorar, analizar a los/las jóvenes mediante tests funcionales que sometan sus sistemas motores, de estabilidad o movilidad, a un alto grado de stress se ha convertido durante los últimos años en una herramienta determinante para el éxito de los pies y programas de prevención de lesiones.

 

Valorar el movimiento es una tarea compleja. Requiere de tiempo, experiencia y conocimiento biomecánico.

 

Ni siquiera aquellos individuos con una gran movilidad articular tienen garantizado un buen PFM. Es un buen paso, pero no el único.

 

Por tanto, debemos someterlos a la valoración del Movimiento Global.

 

El Movimiento hace visible lo que es invisible a priori

 

Nos da una información extremadamente valiosa que analizaremos y utilizaremos de la mejor manera posible. Por tanto, merece la pena incorporarla como parte esencial del sistema de trabajo de cualquier equipo, ya sea de cantera o profesional.

 

Nuestro plan de trabajo utiliza la secuencia siguiente:

No se preocupen, todo es más complejo de lo que parece, porque el movimiento humano es complejo y nadie realiza el movimiento perfecto. Ni siquiera Alberto Diaz cuando defiende, lo cual debe aliviar a cualquiera que se atreva a intentarlo.

 

Nuestra guía de actuación seguiría el siguiente protocolo:

 

  • Evaluación del movimiento
  • Análisis global
  • Dirección de PFM anormal
  • Análisis de segmento o segmentos afectados
  • Elaboración de plan de corrección
  • Reevaluación programada

 

Como hemos dicho al inicio, y basándonos en los trabajos de Gray Cook, los PFM son la Base de la Pirámide de Rendimiento deportivo.

 

El siguiente nivel de nuestra pirámide lo constituyen aspectos tan importantes como Fuerza, Resistencia, Agilidad o Velocidad.

 

LA PIRÁMIDE DE RENDIMIENTO

La pre-adolescencia y la adolescencia son etapas decisivas donde podemos dotarles de las herramientas necesarias para que consigan explotar todo su potencial mental, físico y técnico cuando pasan a ser jóvenes o adult@s.

 

De lo contrario podrían verse limitadas por déficits de movilidad, de movimiento, de estabilidad o coordinación derivados de una preparación pobre en edades tempranas de su desarrollo.

 

Tirar, pasar, realizar una bandeja o hacer un mate serán la parte final, el pico de nuestra pirámide que, por supuesto y sin dudarlo, es la parte más importante que determina el nivel de un jugador o una jugadora.

 

Nuestro objetivo debe ser que tengan a su disposición la mejor versión de sus potenciales capacidades cuando lleguen a la edad adulta.

 

Ver defender a Alberto Diaz es un claro ejemplo de ello, y perdonen que me ponga pesado con Alberto, pero si se fijan detenidamente, su estabilidad para mantenerse siempre en el sitio adecuado, su coordinación para ir y volver repetidamente a ayudar y recuperar o su control motor delante del atacante para mantenerse en la correcta posición siempre, son determinantes para alegría nuestra y desesperación a veces de los rivales.

 

Evidentemente éstos no son los únicos motivos de su gran defensa, podríamos enumerar decenas de ellos como la fuerza mental, el nunca rendirse, la capacidad de esfuerzo, la concentración, el conocimiento del juego y muchas más.

 

En resumen, si quieres que tu hijo, hija, jugador o jugadora defienda como él, primero TIENE QUE MOVERSE BIEN, después vendrá cuánto.

 

Al final y sólo al final, podrán robar algún balón que otro, como suele hacer Alberto.

 

 

Mario Bárbara

Fisioterapeuta Unicaja

Coordinador Área Salud y Rendimiento