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Unicaja Salud y Rendimiento


18 de marzo de 2020

Cuando la rodilla avisa

¿Qué es el síndrome femoropatelar? Nuevo post en el blog de Unicaja Salud y Rendimiento, en esta ocasión sobre una de las lesiones más frecuentes entre los deportistas. ¡Conoce más acerca de esta dolencia!

El síndrome femoropatelar forma parte de las lesiones más frecuentes de nuestros deportistas. Si bien muchos de ellos consiguen seguir entrenando y compitiendo aún sufriendo esta lesión, no deja de ser primordial su precoz diagnóstico.

 

¿Qué es el síndrome femoropatelar?

El síndrome femoropatelar es una patología caracterizada por el desgaste del cartílago rotuliano. El cartílago articular recubre el fémur, la tibia y la rótula y se encarga principalmente de amortiguar las cargas que llegan a la articulación de la rodilla. Cuando este cartílago está lesionado, como en el caso del síndrome femoropatelar, tendremos como resultado dolor e inflamación de la articulación.

 

Prevalencia del síndrome femoropatelar

La prevalencia de la enfermedad oscila entre el 15-45%, siendo entre un 25-43% la incidencia en deportistas. Ocurre dos veces más en mujeres que en hombres.

 

Biomecánica de la rodilla

La rodilla es un complejo articular que relaciona tres huesos de la extremidad inferior: fémur, tibia y rótula. Desde el punto de vista mecánico es una articulación muy compleja puesto que tiene que conciliar estabilidad y movilidad.

 

  • Movilidad: para actividades como la carrera, salto o cambios del terreno durante la marcha. La movilidad es posible porque es una articulación que no tiene un encaje óseo completo.

 

  • Estabilidad: para el mantenimiento del peso corporal. La estabilidad se consigue porque se encuentra reforzada por un conjunto amplio de estructuras pasivas (ligamentos y cápsula) y activas (músculos y tendones).

 

En condiciones normales la rótula se desliza hacia arriba y abajo sobre la tróclea femoral durante los movimientos de flexo-extensión de la rodilla. De esta forma, según el grado de flexión de la rodilla, la rótula se encontrará en un sitio u otro.

 

  • En la extensión completa se situará por encima de los cóndilos femorales.

 

  • A medida que la rodilla se flexiona, el contacto entre las superficies articulares de la rótula y la tróclea femoral se va incrementando.

 

Concluimos pues que cuando existe MAYOR FLEXIÓN de rodilla se produce MAYOR PRESIÓN entre rótula y fémur.

 

Síntomas

El síntoma principal del que con frecuencia los pacientes se quejan es el dolor en la cara anterior de la rodilla. Suele estar relacionado con la actividad física, empeora con actividades como bajar, subir escaleras o correr por terrenos irregulares. Se vuelve más intenso tras una prolongada flexión de rodilla (estar sentado de forma prolongada, ponerse de cuclillas, arrodillarse…). Además, se acompaña de sensación de rigidez y dificultad para extender la rodilla tras una flexión prolongada. Por último, habrá sensación de crepitación o inestabilidad de la rótula.

 

Factores desencadenantes de un síndrome femoropatelar

Cuando hay un desajuste de la rótula aparecerá un ligero roce entre la rótula y el fémur. Las causas del desajuste pueden ser:

 

  • Alteración del ángulo Q: formado por el eje del fémur y una línea vertical que pase por la rótula y el tendón rotuliano. Generalmente no supera los 20º en el varón ni los 25º en la mujer (es por ello es hay más prevalencia en mujeres). Si este ángulo es mayor, provoca un desplazamiento lateral de la rótula.

 

  • Desequilibrios en el sistema de fuerzas del cuádriceps y del tendón rotuliano.

 

  • Pie en pronación o pie plano.

 

  • Dismetría de los miembros inferiores

 

  • Hipelaxitud ligamentosa.

 

  • Rótula alta.

 

  • Anomalía estructural de la rótula.

 

  • Lesión traumática en la rótula (subluxación, luxación).

 

  • Sobre uso y estrés de la articulación (actividad laboral o deportiva).

 

  • Procesos degenerativos de la rodilla (artritis, artrosis…).

 

  • Sobrepeso.

 

Actualmente, existe evidencia de que los factores desencadenantes del síndrome femoropatelar se producen principalmente en situaciones dinámicas, donde las demandas mecánicas y musculares son muy elevadas y el aumento del valgo fisiológico es determinante del aumento del ángulo Q.

 

Diagnóstico por imagen

La radiografia simple es normal en las fases inicales del proceso, aunque puede servir para descartar otros cuadros que cursen con clínica similar y advertir determinadas malformaciones rotulianas.

 

Tratamiento del síndrome femoropatelar

En la fase aguda se debe tener la extremidad en reposo, evitar las actividades que provocan molestia y empeoramiento de los síntomas. En esta etapa aplicaremos tratamiento analgésico y antiinflamatorio, así como nos aseguraremos de la completa movilidad de la rodilla y rótula.

 

Cuando el jugador ya haya pasado la fase aguda de la lesión se recomienda un tratamiento de mantenimiento del tono de la musculatura de la rodilla, cadera y tobillo, además de toda la pierna contralateral. 

 

La literatura recoge que durante el movimiento de extensión de rodilla la rótula tiende a salirse de la tróclea, siendo los retináculos y el vasto interno los que la sujetan. De forma que si el vasto medial no tracciona lo suficiente por debilidad, o el retináculo lateral está demasiado retraído, habrá un aumento del ángulo Q y riesgo de descentraje de la rótula. De ahí, el enfoque terapéutico de tratamiento a nivel de la musculatura que estabiliza la rótula. 

 

También se procederá a realizar un trabajo de fuerza y control motor de la articulación de la cadera, para corregir el ángulo Q.  La musculatura abductora (separadora) de cadera proporciona estabilidad a nivel de la pelvis, para evitar que se produzca una caída pélvica y que la cadera se dirija hacia la línea media corporal. El trabajo en la articulación de la cadera favorecerá el correcto alineamiento de la rodilla, evitando un valgo de ésta. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ana Muñoz Guzmán

Fisioterapeuta Unicaja S.D.