Un año del ascenso a Liga Femenina 2

Hace un año el Unicaja Femenino cumplió un hito en su corta existencia: el ascenso a Liga Femenina 2. El equipo entrenado por Lorena Aranda, tras dominar la Primera Nacional con autoridad, llegó a una fase de ascenso muy especial que se disputó en Los Guindos y en el que se vivió un auténtico colofón tras un final de infarto ante el CAB Estepona que tuvo como premio la ansiada promoción.

 

Para obtener el preciado botín, las jugadoras tuvieron antes que imponerse al Beiman Baloncesto Sevilla (71-43) y al Adareva Tenerife en un final antológico tras remontar 5 puntos en el minuto final (66-63). Ese domingo 19 de mayo, con Los Guindos abarrotado, quedaba la última prueba: el CAB Estepona, equipo que también se jugaba el ascenso. Fue un partido de una gran intensidad, resuelto tras dos prórrogas y que, a pesar de la derrota (87-88), la única en todo el curso del equipo, supuso agónicamente el ascenso, por el basket average de la liguilla.

 

Las cuentas estaban claras: el Unicaja Femenino, tras sus dos victorias previas, necesitaba ganar o perder por menos de 2 puntos para lograr el ansiado ascenso. En un encuentro marcado por el recital de Angelique Robinson (31 puntos, 9 rebotes y 35 de valoración) y Vero Matoso (15 puntos y 20 rebotes) y la sangre fría de Gema García en los momentos más complicados, las malagueñas necesitaron de hasta dos prórrogas para cerrar el ascenso ante las esteponeras.

 

A falta de escasos segundos para el final, el CAB Estepona lideraba por 3 puntos, lo que propiciaba que subiera el Adareva en un triple empate. Pero ahí Vero Matoso provocó una falta que la mandó a la línea de tiros libres. Entre tanta tensión y un silencio sepulcral, la ala-pívot fue capaz de anotar los dos, lo que supuso la derrota más dulce de la temporada al significar el buscado ascenso (87-88).

 

Lorena Aranda: “Nunca viví una fase de ascenso como ésta”

La entrenadora del Unicaja Femenino Lorena Aranda recuerda con cariño aquellos segundos que tuvieron lugar hace un año. “Es un momento que no se puede olvidar, lo tengo grabado en la retina. Creo que fue una fase de ascenso memorable; he vivido muchas fases pero ninguna con la incertidumbre de ese último partido”.

 

Sobre los últimos instantes, Aranda rememora que fueron momentos “interminables que no me gustaría volver a repetir. Trabajamos muy duro durante todo el año, parecía que había sido un año muy sencillo pero la realidad es que fue muy complicado, muy largo, y que al final se estaba resumiendo en unos tiros libres. Me senté y confié en ellas porque estábamos preparadas. Era nuestro momento y así fue. Me hicieron disfrutar muchísimo como entrenadora, fueron momentos de mucha tensión pero, al acabar y ver lo que habíamos conseguido, me hicieron la mujer más feliz del mundo”.

 

Asimismo, la entrenadora malagueña indica que “en el día de hoy, creo que tanto el Club como el equipo ha ido de menos a más y, poco a poco, creo que nos estamos asentando no solo en la categoría, sino en crear una buena cantera de baloncesto femenino. Si vamos paso a paso llegaremos más lejos, somos un Club y un equipo con los pies bien puestos en el suelo, y sabemos que la única forma de avanzar es seguir trabajando, compitiendo y siempre con los valores que el Club nos está inculcando”.

 

Por último, Aranda agradece a la Fundación Unicaja “que no solo nos haya ayudado en esta etapa en Liga Femenina 2, sino que nos ha apoyado desde el inicio, estando presente en la fase de ascenso y que continúa dando pasos adelante con nosotras”.

 

Gema García: “Es de las cosas más bonitas que me han pasado a nivel deportivo”

Para Gema García, una de las grandes artífices de la consecución del ascenso, este hecho lo recuerda “como una de las cosas más bonitas que me han pasado a nivel deportivo. Poder celebrar ese ascenso en tu ciudad, con tu gente, con tu familia… es algo impresionante. Recuerdo ese tiro libre [en referencia al que anotó sin quererlo para empatar y motivó un nuevo tiempo extra], las dos prórrogas, el último partido que fue de locos… y también cuando el árbitro, por fin, pitó el final del partido y el Unicaja estaba en Liga Femenina 2”. 

 

Uno de los secretos del éxito del equipo en su debut en la categoría de plata del baloncesto femenino es, en su opinión, la continuidad. “Esta temporada está siendo muy buena; mantuvimos un buen bloque del año pasado, hemos ido incorporando grandes jugadoras. Y por qué no, si el año pasado soñábamos con ese ascenso y se consiguió, ¿por qué no seguir soñando y en un futuro celebrar otro ascenso a la máxima categoría?”.

 

Vero Matoso: “Todavía me sigo emocionando”

A Vero Matoso, a quien le tocó certificar el ascenso gracias a los dos tiros libres que anotó a falta de escasos segundos, todavía le emociona recordar aquellos instantes hace un año. “Aún recuerdo el calor que transmitía Los Guindos en esos minutos finales de infarto, lo hago muy emotivamente, todavía me sigo emocionando recordando varias escenas de ese día y ese fin de semana. Ese partido contra Adareva perdiendo de 5 a falta de un minuto, esos 10 últimos segundos contra el Estepona que duraron más de 10 minutos, esos tiros libres de infarto… muy emotivo todo, fue una sensación espectacular terminar la temporada así y vernos, un año después, en puestos de Playoffs de Liga Femenina 2”.

 

La ala-pívot, para concluir, considera que es “una maravilla el trabajo que ha hecho el Unicaja Femenino para contar con nosotras para el proyecto de este curso. En tres temporadas de vida que tiene el proyecto es un auténtico orgullo formar parte de esto, así que esperemos seguir escribiendo su historia”.