El curso 2020/21 dio sus primeros pasos con el único fichaje del versátil ala-pívot Tim Abromaitis, procedente del Zenit de San Petersburgo de la Euroliga, con el objetivo de afrontar de nuevo tres competiciones: la Liga Endesa, la 7DAYS Eurocup y la Copa del Rey. Además, reincorporó al escolta malagueño Francis Alonso, que la temporada anterior había jugado cedido en el Montakit Fuenlabrada de la Liga Endesa y el Oviedo de LEB Oro. Comenzaba así una temporada que desde el principio estuvo marcada por la ausencia de público en las gradas por la pandemia y por las lesiones. Pese a las bajas de inicio de Jaime Fernández, Carlos Suárez y Dragan Milosavljevic, el Unicaja logró afianzar, consiguiendo incluso su mejor racha de victorias fuera de casa, con 5 triunfos seguidos, para sumar un balance total de 11 victorias y solo 2 derrotas. Esta dinámica llevó al equipo a clasificarse con varias jornadas de antelación al Top 16 (segunda fase) de la 7DAYS Eurocup.
Sin embargo, varios jugadores clave
tuvieron que parar por diversas dolencias, lo que motivó que se rompiera
la buena racha y se entrase en una dinámica de derrotas que provocaron
que el conjunto malagueño no tuviera opción de
superar la segunda fase de la competición europea, pese a la
incorporación temporal del base Frankie Ferrari. Esta situación provocó
la incorporación de Frankie Ferrari por las ausencias de Alberto Díaz y
Gal Mekel y poco después el cambio de entrenador y
Luis Casimiro fue sustituido en enero por el técnico griego Fotis
Katsikaris.
La llegada del nuevo entrenador logró
impulsar al Unicaja, que además añadió a su plantilla a Malcolm Thomas,
un pívot con pedigrí Euroliga, y consolidó los minutos en cancha de una
de las grandes sorpresas de la temporada a nivel
europeo: el pívot Yannick Nzosa, ya miembro de pleno del primer equipo.
La buena dinámica, unida a la recuperación de las lesiones de piezas
clave, hizo que los malagueños volvieran a ofrecer un alto nivel
competitivo, llevando hasta el límite en los cuartos
de final de la Copa del Rey al Barça, aunque cayó en la prórroga ante
el conjunto catalán -posteriormente campeón del torneo-. No obstante,
pese a la eliminación, el equipo salió con buen sabor de boca,
reforzando su buena dinámica de cara a la recta final
de la temporada.
Otro apartado a destacar fueron los parones por las Ventanas FIBA, en donde el Unicaja estuvo muy presente al ceder a un buen número de jugadores a sus respectivos combinados nacionales. De este modo, la Selección Española contó con Darío Brizuela, Jaime Fernández, Alberto Díaz, Francis Alonso y Rubén Guerrero, estos tres últimos incluso formando parte de la misma convocatoria, siendo la primera vez en 19 años que 3 jugadores malagueños acudían con la Selección. Otros como Axel Bouteille (Francia), Adam Waczynski (Polonia), Gal Mekel (Israel), Deon Thompson (Costa de Marfil) y Volodymyr Gerun (Ucrania) también representaron a sus países.
Una vez de vuelta a la competición las lesiones siguieron castigando al Unicaja, impidiendo que el entrenador dispusiese de la plantilla al completo en los últimos meses de la temporada, hecho que influyó negativamente en el rendimiento del equipo. Pese a ello, la plantilla luchó hasta el final, teniendo hasta el último minuto opciones de clasificarse para el Playoff de la Liga Endesa en caso de victoria contra el Real Madrid, partido que ponía fin a la liga regular. La derrota ante el líder de la competición puso fin a una temporada atípica en la que el equipo no pudo contar con el apoyo del público en las gradas, más allá de 400 en tres partidos de Eurocup, por las limitaciones impuestas por la pandemia.